Agur, Sabino!

La última semana del año conocimos con dolor que nos dejabas.
El paso de los días no me impide escribir estas letras, conectar tu recuerdo y compartirlo con otras personas. Nunca es tarde.  Son muchos los momentos a evocar.  La vida es una red de relaciones que nos acompaña en el tiempo.  Cada uno y cada una de nosotras elegimos el diálogo y conversación con la que damos color a los escenarios de nuestros recuerdo.
En mi caso me siento agradecido, me conecto a tu presencia sólida y serena cuando sin saber que era un supervisor, nos acompañaste como educadores y educadoras en los primeros días de profesión. Desde lo que entonces llamaban equipo orientador.
Más adelante nos dijiste haciendo diferencias sobre diferencias sobre la supervisión… “ tiene mayor carga cognitiva: supervisar un equipo o una organización es entender los problemas y buscar soluciones.”
Aprendí mucho contigo en tantos seminarios … sobre el valor de  trabajar en grupo y  en equipo.  Provocador y desafiante haciéndome crecer e indagar.

Generoso y colaborador, en la foto que he podido encontrar junto a colegas y practicantes del Instituto de supervisores-as profesionales asociados-as, (ISPA) en un encuentro interno para construir nuestro código ético en 2007 y antesala del coloquio que organizamos junto a la junta directiva de ANSE en Bilbao en el año 2013.

No dudaste en contribuir en otros tantos eventos en nuestros procesos de formación y capacitación en Supervisión y coaching sistémicos. Nos facilitaste tu saber y tu práctica acumulada.  Como un guadiana eterno nos encontramos en otros momentos, no me detengo en detalles. Me quedo con el brillo de tus ojos, tu sonrisa, expresión de tu aceptación sincera.

Gracias Sabino, gracias. Descansa en Paz!